Nos ha tocado vivir un momento de la historia en el que los cambios ocurren con una velocidad nunca vista. En muy pocos años, la tecnología ha cambiado las formas de trabajar. La transformación digital es una realidad ineludible, que modificó el modo en que se manejan las empresas, y por lo tanto modifica también los requisitos que deben cumplir los jóvenes que buscan empleo. Todo el mercado está aprendiendo a reinventarse. Y los graduados y estudiantes que buscan ingresar a él también se deben adaptar.
Como si esto no fuera suficiente, el aislamiento causado por el CoVid-19 profundizó esta transformación del panorama laboral a partir de fuertes cambios en todos los niveles de la sociedad. Hubo que repensar muchos modelos de negocios, las empresas debieron adaptarse para sobrevivir, y muchas no lo consiguieron. La necesidad del home office obligó a replantear la importancia del trabajo presencial, y perfeccionar los métodos de trabajo en equipo a distancia.
Esta transformación radical que estamos viviendo todavía no ha terminado, y por ende la necesidad no pasa solo por adaptarse a los cambios que ya podemos ver, sino también por la capacidad de reaccionar a los que vendrán. Ante esta incertidumbre, los institutos de enseñanza tienen la responsabilidad de cultivar en sus estudiantes las habilidades que les permitan destacarse. Invertir en orientación profesional es fundamental para que los alumnos tengan el soporte necesario mientras navegan ese mercado inestable.
Características necesarias para destacarse en
el cambiante mercado profesional
Como ya lo establecimos, el primer atributo necesario es la adaptabilidad. Los empleadores buscarán candidatos con la flexibilidad y resiliencia fundamentales para adaptarse a los cambios.
Trabajar en equipo es aún más difícil de forma remota. Los profesionales que puedan trabajar bien a distancia serán los que sepan llevar adelante esta dinámica con buena comunicación y liderazgo.
La capacidad de organización será otra habilidad importante, ya que propicia la productividad y el desempeño, facilitando la toma de decisiones y la resolución de problemas, que requiere disciplina pero también creatividad. En la misma ecuación entran también la inteligencia emocional y el pensamiento crítico. La capacidad de analizar, cuestionar, comunicar y accionar con calma y seguridad es un enorme diferencial.
Por último, serán cruciales las habilidades tecnológicas que permitan que el profesional pueda analizar y aprovechar al máximo las tecnologías que empiezan a proliferar, como big data e inteligencia artificial.
El rol de los Institutos de Enseñanza Superior en
el desarrollo de estas cualidades
Las universidades tienen la importante responsabilidad de guiar a sus estudiantes a través de la incertidumbre. Para esto, ofrecer estrategias de empleabilidad de modo digital es esencial. Algunas de las estrategias a adoptar pueden ser:
- Webinars o ferias de empleo virtuales para conectar a empleadores y alumnos.
- Orientaciones vocacionales con especialistas del mercado, que den seguridad a los estudiantes.
- Herramientas online para la elaboración de currículums y cartas de presentación.
- Simulación de entrevistas de trabajo que permitan pulir el desempeño ante esa situación.
- Análisis de datos sobre competencias y habilidades del alumnado, así como también de las demandas de los empleadores y mercado laboral actualizado.
Otra medida importante es brindar contenido relevante sobre las carreras, cosa que transmite compromiso con el éxito del alumno.
Symplicity ayuda a los IES a planear, implementar y monitorear estas acciones. Una herramienta que facilita el contacto entre las instituciones, los alumnos/graduados y el mercado laboral es clave para un mejor posicionamiento en esta coyuntura histórica y social.
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