El mercado de la educación superior es cada vez más complejo y competitivo. Para mantener la sostenibilidad del negocio es necesario interpretar las señales y reaccionar rápidamente a las transformaciones constantes del mundo laboral que impactan directamente en el ámbito académico. Sin el apoyo de métodos y tecnologías de análisis de datos, esta misión se vuelve prácticamente imposible.
Según la publicación de Harvard Business Review, la principal razón por la que los estudiantes invierten tiempo y dinero en una educación universitaria es para conseguir un buen trabajo. Y asegura que un 40% de los graduados universitarios se desempeñan en trabajos que en realidad no requieren las credenciales universitarias obtenidas. Por eso las instituciones más exitosas son aquellas que tienen las mejores tasas de empleabilidad.
Comprender los escenarios y el contexto que rodea a la institución educativa es fundamental para direccionar las estrategias y la toma de decisiones. El análisis de datos estratégicos es un aporte claro y directo del área de carrera hacia las secciones de planificación para que esos indicadores se conviertan en insumos que definen la dirección de todos los sectores de la universidad.
Por eso, activar la cultura de los datos mejora el servicio de los estudiantes, las empresas y el nivel operacional de las IES. A mayor sinergia, seguimiento y datos del estudiante, graduados y empresas, mayores resultados.
Los indicadores convierten el área de carrera en un departamento estratégico
La mayoría de las universidades de la región miden y destinan sus mayores inversiones al reclutamiento, la deserción y la retención de sus estudiantes ¿Pero cuales son los indicadores sobre el impacto de sus programas de carrera y qué porcentaje de su presupuesto están destinando al área de carrera?
Potenciar el análisis de datos genera beneficios para el sector de carreras a la hora de preparar la planificación estratégica, definir inversiones y optimizar el presupuesto. De este modo las instituciones de educación superior pueden corregir el desajuste entre su oferta educativa y las necesidades requeridas en los puestos de trabajo. Y así adecuar sus programas de estudio a las demandas laborales actuales de la sociedad.
Las metas e indicadores cuantitativos sobre el acceso, la retención y el desempeño de la vida profesional de los alumnos y graduados son fundamentales en la estrategia de las universidades para potenciar el éxito de sus integrantes.
El análisis de datos y valor cualitativo que aporta una relación fluida entre Universidad-Graduados-Empresa ayuda a anticipar las fluctuaciones del mercado laboral y mantiene a las instituciones educativas siempre vigentes y listas para el siguiente paso.
Para que la medición de datos impacte en la tasa de empleabilidad, el proceso tiene que comenzar antes de la colocación profesional, es decir desde que el alumno ingresa a la universidad en adelante. Así como también es necesario medir a las empresas que tienen relación con la institución para segmentarlas, categorizarlas y darle prioridad a las que tienen resultados.
Los datos sobre perfiles de los alumnos, relaciones con empresas, y tasas de colocación son también pilares fundamentales para el marketing de las instituciones e información muy valiosa para hacerla pública de un modo visual y atractiva. Es necesario compartir el % de tasa de colocación pero también el detalle del tipo de empleo, el sector, el área geográfica y la funcionalidad de la empleabilidad de los graduados. Contemplar y conocer los sueldos y poder mostrar a las empresas y potenciales alumnos la diversidad de oportunidades que la universidad ofrece.
Tomar decisiones exitosas a partir de los datos:
Existen varias formas de utilizar el análisis de datos en la planificación estratégica de las IES, tanto para mejorar la experiencia de los estudiantes como en el proyecto pedagógico y de empleabilidad. Entender qué datos se pueden extraer, cómo analizarlos y aplicarlos estratégicamente, ayuda a los líderes de las instituciones educativas a conseguir resultados.
Las métricas e indicadores son el mejor argumento para que las instituciones decidan destinar más presupuesto a sus programas y vean un real retorno de esa inversión traducida en: reclutamiento de más alumnos, demandas más satisfechas, información útil para sus programas académicos y el desarrollo de una relación estratégica con los empleadores.
La colocación profesional no es el único dato relevante sobre empleabilidad a medir, y la única manera de mejorar el área de carrera es midiendo todo lo que se hace.
A quienes medir:
- Estudiantes (cv, coaching realizados, participación de workshops, trabajos previos, voluntariados o ferias de empleo)
- Egresados (acceso a vacantes y recursos, participación en workshops y conferencias)
- Empresas (feedback sobre el reclutamiento de la IES, ferias de empleo,gestión de prácticas, y promoción de empleo)
- Docentes (involucramiento en mentorías, networking, y prácticas)
Qué más se puede medir:
- Interacción de la universidad con los estudiantes
- Número de ofertas publicadas y estudiantes que aplicaron
- Colocación en puestos de trabajo
- Desarrollo de habilidades y competencias adquiridas de cada alumno y graduado
- Aspiraciones de los estudiantes
Para mejorar los servicios ofrecidos por las oficinas de carrera a través del análisis de datos, es necesario definir indicadores para cada grupo y agentes involucrados en el proceso: estudiantes, graduados, empleadores y los propios servicios. El cruce de datos de estas fuentes es lo que aportará información valiosa para su estrategia profesional y revelará el nivel de empleabilidad de los alumnos de la institución educativa. Cuando este nivel está en una caída, puede ser un indicador para cambiar la estrategia de su oficina de carreras.
Todas estas estrategias deben traducirse en datos para formular un plan de carrera claro que el estudiante pueda medir y visualizar. Contar con estos datos es también una gran ventaja para demostrar a los potenciales estudiantes que la institución utiliza diferentes prácticas que fomentan la empleabilidad. Trabajar con índices y métricas que consideren tanto a los alumnos como a los egresados, es fundamental para posicionar a una institución educativa de manera competitiva y diferenciarse del resto.
Entender mejor al público ayuda a armar mejores programas de carrera y empleabilidad.
Compartir y analizar los datos ayuda a mejorar la percepción del departamento de carreras en todo el ámbito de la universidad. El acceso a la información y la sinergia entre la carrera profesional y la parte educativa, mejoran el desarrollo académico de la universidad.
El presente y el futuro pertenece a las empresas e individuos que se acercan a la educación en paralelo con el trabajo con ciclos continuos de aprendizaje. El éxito en el futuro no estará definido por un título, sino por el potencial y la capacidad de aprender, aplicar y adaptarse.
El CSM de Symplicity como herramienta y solución:
Para conseguir y trabajar con datos es necesaria una solución tecnológica sólida y fácil de usar para la universidad, los alumnos, graduados y empresas. Con garantías y condiciones de privacidad claras, buenas preguntas y comparativos con años anteriores para actualizar las necesidades.
En Symplicity hemos desarrollado un modelo de consultoría y diagnóstico para potenciar al máximo el proyecto y los resultados de empleabilidad de las instituciones. Sin costo alguno, analizamos el escenario en el que identificamos la manera ideal de lograr el éxito en la estrategia profesional.
El CSM (career service manager) de Symplicity es la única plataforma del mercado que permite la gestión completa de todos los procesos de carrera de estudiantes y egresados, relacionando las actividades de formación profesional con el mercado. Y capaz de sistematizar todos los datos e indicadores de resultados en una plataforma customizable, dinámica y segura, de propiedad exclusiva de la universidad.
El uso de herramientas extrae estos datos y permite la creación de informes y tableros de control para facilitar el día a día del gestor de carreras y añadir valor al sector profesional ante el consejo de la institución y el mercado. Eso tendrá acceso rápido y claro de los buenos resultados generados a través de las acciones del sector profesional.
La aplicación de una buena plataforma por ejemplo nos permite obtener los datos básicos del estudiante: si ya tiene cv, si ha realizado entrevistas, o si aplicó a ofertas laborales y prácticas. Toda esa información junta y alineada tiene relación directa con la tasa de colocación y empleabilidad. A mayor sinergia, seguimiento y datos del estudiante, mayores resultados.
La universidad puede interactuar con los alumnos y evaluar competencias blandas como la capacidad de liderazgo y tomar decisiones para reforzarlo, o registrar los lenguajes de programación de sistemas que domina cada estudiante, y cruzar esa información con la oferta laboral para elaborar informes certeros y aplicables. Así como también se puede medir a las empresas que tienen relación con la institución, segmentarla, categorizarla y darle prioridad a las que tienen resultados.
A través de una plataforma inteligente podemos lograr que el departamento de carrera pase de ser un simple banco de empleo a un departamento clave en la estrategia general de la universidad, capaz de organizar qué tipo de ofertas existen en el mercado, qué tipo de competencias se requieren, qué nivel de competencias y un perfil detallado de los alumnos y de las búsquedas. La utilización del CSM repercute directamente en el reclutamiento, la retención y la relación con los graduados.
La solución de empleo y carreras de Symplicity fue diseñada para abordar los desafíos de implementar proyectos de carrera basados en escalas que apuntan al éxito de los estudiantes y graduados de la institución educativa. Actualmente, nos asociamos con más de 1.400 instituciones de educación superior en 36 países de todos los continentes, incluidas universidades como UPenn, NYU, UCLA, Harvard, INSEAD y muchas otras.
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