Desafortunadamente, a lo largo de la historia, la discapacidad ha conllevado una menor participación en las estructuras sociales. Y si bien hay que destacar que en las últimas décadas la sociedad empezó a reconocer la necesidad y el derecho de las personas con discapacidad a vivir vidas plenas, en términos de accesibilidad aún queda mucho camino por recorrer.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo, a nivel mundial más de un 80% de las personas con discapacidad no tienen empleo. En cuanto a LATAM, la región en general se encuentra atrasada con los cupos, el cumplimiento de los mismos, y la existencia y eficiencia de éstos en el ámbito privado, no solo en el empleo público.
Sin embargo, se nota en nuestra región un avance en el tema. Y ese avance puede “informarse” de lo que se está haciendo en países del hemisferio norte, algo más avanzados en el asunto. Estos países no lo tienen en absoluto resuelto, pero sí nos llevan ventaja en el desarrollo de políticas más avanzadas respecto a esta problemática.
¿Cómo estos países pueden marcar un camino para LATAM si no llegan a cumplir sus propios cupos? Sencillamente, porque “la mera existencia del sistema de cuotas se ha revelado como una herramienta de fomento del empleo” (fuente). Poniendo objetivos más altos (e incluso sanciones), aunque no se cumpla el objetivo, el resultado final será mayor al obtenido en LATAM. También se debe trabajar en tres importantes observaciones de la OIT: la aplicación sobre el sector privado tanto como sobre el público, el ofrecimiento de incentivos para los empleadores que ofrezcan inserción, y un mecanismo de ejecución sólido.
Inclusión en la educación
Es claro que el arduo camino hacia la inclusión laboral en la región no es la única, ni tan siquiera la primera razón para que una IES haga su parte en el proceso inclusivo. La educación debe favorecer la inserción de alumnos con discapacidad, no para el bien del mercado profesional, sino de la sociedad en su conjunto. Toda formación debe tener presentes las necesidades de todos los alumnos y darles herramientas para que nada obstaculice el aprendizaje.
No obstante, cuando hablamos de educación superior, además de las fundamentales modalidades de aprendizaje, las razones de empleabilidad se ponen más de manifiesto. Una IES debe prepararse para enfrentar problemáticas como la baja retención de alumnos con discapacidad, las brechas de empleo y de salario entre graduados sin discapacidad y con discapacidad, y la forma en que éstos pueden encajar con las necesidades de las empresas con las que se tienen contactos.
Symplicity y la inclusión
Ante esta perspectiva, en Symplicity desarrollamos una nueva plataforma para nuestra suite de servicios. Symplicity Access facilita la gestión de servicios de accesibilidad para adecuar los mecanismos de enseñanza a las circunstancias de alumnos con necesidades diferentes. Asimismo, permite integrar esta información a la plataforma de Gestión de Empleabilidad Symplicity CSM, para traducir su mejor formación en mejores posibilidades de empleo.
Access ya se ha implementado en universidades de EEUU y Reino Unido, con resultados visiblemente positivos. En la primera aplicación de la plataforma, inmediatamente se observó un incremento de más del 50% en participación de los estudiantes, retorno de la inversión, velocidad de comunicación entre el personal, y velocidad de procesamiento de solicitudes, así como una reducción de materiales del 75%.
Con este propósito y antecedentes, Access desembarca en LATAM para que las IES de la región se comprometan con la educación de sus alumnos con discapacidad y se pongan a la vanguardia de este necesario cambio. Ante este panorama, Symplicity Access ofrece un enfoque completo para maximizar la formación profesional de estudiantes con discapacidad.